
Desde la cultura y las artes pensar en la relevancia de nuestro sector es
relativamente fácil. Estamos de acuerdo en que aumenta la calidad de vida, el
pensamiento crítico, el encuentro social. La creatividad es quizás la gran
característica que nos ha permitido avanzar en nuestra cadena evolutiva.
Y cuando enfrentamos una crisis que cuestiona los principales aspectos de la
sociedad que hemos construido, esto cobra aún más sentido. La experiencia
artístico-creativa es espacio de encuentro y roce entre las personas.
Ello es aún más atractivo considerando también que es un sector que genera capital
humano especializado, apalanca inversión extranjera, es limpio, permite la movilidad
social, fortalece el turismo y potencia la imagen país. Las industrias creativas
habitan de forma dinámica el campo de la Economía Creativa y aún más; permiten
diversificar nuestra matriz productiva desde una economía extractiva a una
economía basada en la innovación y el conocimiento.
Todo esto desde Corfo lo hemos visto en el caso de Frutillar y su impacto en la
región. Lo que se inició como una gesta artística y de educación, transforma un
territorio en un espacio de acuerdos fértiles para el desarrollo de una economía
basada en la creatividad y el talento. Poner a la creatividad en el centro de la
estrategia permite dar un salto no menor; aplicando sus beneficios a otros sectores
productivos y aumentando de forma exponencial su impacto.
Por ello desde Corfo hemos impulsado un proyecto que busca hacer sinergia entre
la Economía Creativa y el Turismo en la Cuenca del Llanquihue, potenciando un
turismo sostenible y generador de desarrollo cultural, económico y social.
Pero lo que hay más de fondo, es un modelo que estamos observando e intentando
replicar en el resto de nuestro país; un territorio que desde su identidad levanta
cooperativamente un plan de desarrollo sostenible que incluye a sus comunidades,
el respeto a su entorno natural y una vocación productiva compatible con lo anterior.
En un contexto nacional donde la ciudadanía pide a gritos repensar nuestro modelo
de desarrollo, todo indica que este es un buen camino a seguir.
Que levante la mano ¿quién dijo yo?